Curiosidades

Hace 125 años

Los avatares políticos y sociales de la segunda mitad del siglo XIX, si no enfriaron, como veremos, el fervor popular y la romería de Pentecostés prosiguió marcha ascendente, no fue tiempo propicio para la fundación de hermandades filiales. En cambio, justo es reseñar que, en 1850, los duques de Montpensier compraron el Coto Real de Lomo del Grullo, previamente enajenado de la Corona por Isabel II.

curiosidades1Este traspaso de propiedad hizo que los citados duques frecuentaran sus visitas al coto, hasta el punto de que éste llegó a ser conocido entre los vecinos con el nombre de Coto de los Infantes, en clara referencia a los duques, que, pertenecientes a la Real Familia, tenían el título de Altezas Reales. Con tal motivo, los infantes duques fueron repetidas veces a la ermita del Rocío y llevaron ante la Virgen a los duques de Orleáns y condes de París, prendiendo en ellos la devoción a la Señora, devoción que transmitieron a los infantes don Carlos y doña Luisa, y éstos a sus hijos.

Ya en el siglo XX, el Rey Don Alfonso XIII mostró su devoción a la Virgen del Rocío, visitándola cuantas veces viajaba a Doñana para cazar. Tampoco fueron frecuentes las «venidas» de la Virgen a Almonte. Las más destacables fueron las de 1855, en rogativas por la epidemia de cólera desencadenada en amplio territorio; otra en 1875, en acción de gracias por La restauración monárquica, y una última, a fin de siglo, al terminar la guerra de Cuba, Puerto Rico y Filipinas y alcanzarse la tan deseada paz.

Así como recurrimos al tan valioso como pintoresco testimonio de cómo era la romería en La década decimonónica de los cuarenta, trayendo a colación el romance del marqués de Santa Ana que nos comentara don Santiago Montoto, también podemos seguir la evocación de la romería de un cuarto de siglo después, hacia los años sesenta y setenta del pasado siglo. -En esta ocasión vamos a usar en esta compilación, de forma casi textual, un interesante trabajo de Juan Infante Galán, en la plena certeza de que a todo buen rociero, de cualquier edad, complacerá su lectura, por ágil y concisa a un tiempo y de contenido incuestionablemente fidedigno, aunque narre hechos de un siglo le antigüedad.

curiosidades2«Por entonces era el mismo santuario que todos hemos conocido, levantado a mediados del siglo XVIII (entre 1756 y 1760) y derribado en 1963 para edificar el actual, claro es que no como nosotros lo conocimos; el suelo estaba enladrillado, bastante desgastados ya los ladrillos; los muros, cubiertos en toda su altura de exvotos y «milagros», con numerosas cadenas y grillos de cautivos que, liberados de los moros, traían sus prisiones a la Virgen y se las dejaban por exvotos. De las vigas y alfarje colgaban muchísinos barcos de diversas épocas y estilos, algunos de fines del siglo XV, Todo este inmenso y riquísimo tesoro de piedad y de historia ha ido desapareciendo por la incuria de los. hombres; es doloroso decir que todo se perdió. Sirva de ejemplo para los actuales y venideros, para que todo, absolutamente todo, hasta los testimonios más insignificantes, se guarde y conserve.

Respecto a la imagen de la Virgen, por los comedios del siglo XIX había evolucionado poco el vestido, que llevaba todavía «mangas perdidas», aunque más cortas de las de moda en siglo XVI; el rostrillo, de tisú de plata bordado de talcos y sirgas, cubría ya todo el frente de la antigua «toca de papos», que todavía se ponía a la imagen; la corona, del siglo XVII, existe todavía, aunque deteriorada. Había dejado de ponerse a la Virgen la ráfaga de puntas redondas «de plata de martillo», que en 1733 le regalara a la Virgen el canónigo Tello de Eslava, y se ponía a la imagen una ráfaga de rayos más al gusto de aquella época, la misma que ¡vino usándose hasta 1919!.

Las andas profesionales, de madera tallada y dorada, tenían un pedestal de los llamados «de canelas», al gusto neoclásico, con unas anforillas y con el mismo palio, sólo que no estaba recubierta de plata, y, además, llevaba bambalinas de raso con flocadura y toñas de oro.

Era entonces mucho más reducida el área de difusión de la devoción rociera. Sólo existían las hermandades filiales de Villamanrique de la Condesa, Pilas, La Palma del Condado, Moguer, Sanlúcar de Barrameda, Triana, Umbrete, Coria del Rio y Huelva.

curiosidades3A principios de siglo había aparecido la de Rota. Acudían por entonces a la romería unas tres mil personas, algunos años, poco más; aunque alguna relación de aquellos tiempos dice que a la romería de Pentecostés asistían seis mil personas, es cifra muy exagerada, los medios de transporte, el estado y, sobre todo, la inseguridad de los caminos ponían merma a la concurrencia.

La entrada o presentación de las hermandades, pasando ante la ermita, se hacia derechamente desde el camino; la «entrada» de entonces era más sencilla, más campera, con todo el encanto de la ingenua devoción popular. Luego, ya anochecido, alía la Hermandad del Almonte a saludar en sus chozas y campamentos a las hermandades filiales y darles la bienvenida. El Domingo de Pentecostés, desde bien temprano, se celebraban misas en el altar de la Virgen. Desde hacia unos años podían celebrarse varias misas aun tiempo en los altares de Santo Domingo, de Santa Ana, del Cristo, traídos del convento de los Mínimos y del convento de dominicas de Almonte después de la exclaustración. Son muchas las misas celebradas, algunas de ellas cantadas.

La ermita permanece siempre llena de gente, que reza, llora, cumple promesas o, simplemente, descansa mirando a la Virgen; a veces se forma un revuelo por ver alguna de aquellas espeluznantes promesas, alguien que entra reptando de espaldas con-tra el suelo, con velas encendidas en las manos, o por aquel otro que entra cargado de cadenas, rodeado del compungido grupo de su familia; y no digamos de la moza que, vestida de blanca mortaja, se cortaba la trenza ante el altar y la dejaba por exvoto; callamos las más duras promesas de aquellos duros tiempos. A la puerta de la ermita no cesan el tambor y la flauta, ni la gente que baila. Por los alrededores están los pobres, lacerados, pedigüeños, el ciego de los romances rocieros, que recita a voz en grito y pregona su mercancía, y el vendedor de rosas de talco, para ser bendecidas y tocadas a la saya o al manto de la Virgen y llevadas a casa como «reliquia».

curiosidades4No había entonces variedad de medallas, pero sí llevaba la gente estadales a porrillo, que estaban puestos a los pies de la Virgen, junto al altar, y se vendían luego en una pequeña mesa petitoria, junto al gran cepo de las limosnas. Todavía quedaban por aquellos tiempos algunos puestos y vendejas, recuerdos de la antigua «Feria del Rocío». No faltaban las gitanas buñoleras, y los otros puestos y tenderetes de cosas de comer y beber, a pesar de que por enton-ces los romeros iban provistos de todo, bueno, de todo lo que entonces se estilaba: el que más y el que menos llevaba en el «arca de la masa frita» de todo lo bueno que Dios creó.

El mismo domingo, poco después del anochecer, salía por los alrededores el rosario cantado de la parroquia, Almonte, con su coro de campanilleros para cantar los trovos y misterios, acompañado del impresionante fagot para dar las entradas; De madrugada, mucho antes del alba, comenzaban las hermandades sus misas en el altar de la Virgen. La última, a me día mañana del lunes, era la función principal de la Ilustre y Más Antigua Hermandad de Almonte. Todo el clero estante en la aldea, acrecentado con algún que otro fraile, cantaba Tercia y, al terminar ésta, al cantarse la antífona última, se alzaban las andas salía la procesión de Tercia alrededor del santuario. Precedía la cruz alzada de la parroquia de Almonte, seguían en filas por orden de su antigüedad, la última la de Almonte, el clero, el concejo de la villa el gentío. Entrada la procesión, celebrase con toda solemnidad la misa del día y comenzaba el éxodo por el camino de vuelta. »

ABC «Un siglo de devoción mariana»

 

El rocio de antes

Era el de principios de siglo un Rocío que no había llegado, ni en sueños se adivinaba, la sociedad de masas. Un Rocío íntimo y familiar que en casi nada se diferenciaba del de la segunda mitad del siglo anterior Un Rocío, por supuesto, sin tractores ni coches Rocío de colchoneta de borra, de vino calentón y agua en garrafas y cantimploras.

curiosidades5Desde Marlo, desde Gelo, desde Cuatrovitas, desde los pinares de Aznalcázar, desde los pueblos blancos hay que llegar hasta Palacio o las inmediaciones de Hato Blanco. En el Rocío de las dos primeras décadas del presente siglo, antes de que ningún primitivo automóvil se atreviera a introducirse por caminos, para las máquinas, intransitables, los romeros se adentraban por las arenas de la Raya Real o por los vericuetos de la Cigüeña, sin otros acompañantes que los pájaros de la marisma, el sol -o quizás la lluvia-y el silbo de la naturaleza, en un hacer el camino, largo, lento y profundo.

Al paso del Quema no había espectadores en sus márgenes. A punto de llegar, dejar el sueño en el pilón de Palacio, matar el gusanillo con aguardiente y café negro soltar la manta- «¿quién me habrá quitao la manta, que anoche dormí en el suelo?»- y enfilar los carriles del coto, cuando ninguna pista obligaba a ir en fila india. Y se corría a los ciervos por el placer de contemplar su elegancia al saltar los lentiscos. Crujen los palos viejos del Ajolí. Es la entrada en la tierra prometida. Siempre con lágrimas, porque en el Rocío de entonces no se podía volver atrás; cuando alguien enfermaba, o se le torcía un tobillo, o se le soltaba la barriga, o la mujer cumplida paría en la carreta.

Don Carlos Astolfi Roldá evocaba hace treinta años e estas páginas el Rocío de su niñez. Y decía: «Allá en la primera década del siglo íbamos al Rocío muy pocos romero Se utilizaban más borricos que caballos y más carros que carretas En el Real todo eran chozas. El gasto de una carreta, todo incluido, suponía unos quince duros Claro que eran unos duros de plata, grandes, que sonaban a gloria sobre el mármol-, y por cinco pesetas diarias el mayordomo de la hermandad nos daba desayuno, almuerzo, merienda, cena y vino a discreción – claro que eran pesetas también de plata, con la efigie del Rey Alfonso XIII de niño-; una vez en la aldea, estábamos en familia. El que, con el tiempo, llegara a ser hermano mayor de la de Triana evocaba las viejas romerías de su niñez y adolescencia, indicándonos que los romeros de Triana, por llevar indeleblemente grabados en la fibra del corazón el amor a la Reina de las Marismas, no faltaban ni un solo año a la cita de la romería. «Mi tía Concha -decía- fue al Rocío con la canastilla preparada por si daba a luz, cosa que, en efecto, ocurrió el mismo día en que finalizaba la romería» Y añadía: -«Antes se cantaban las sevillanas, pero con variaciones en la tonada.

En cuanto al baile era más movido, inclinándose las parejas tanto que los brazos casi llegaban al suelo. Luego, la moda imponía otros trajes, muy largos, con volantes lacios». Y arremetía seguidamente contra el atuendo masculino. En el Rocío, a todo aquel que no llevara chaquetilla campera, se le cortaba la americana, y a otra cosa, mariposa.

Un sombrero de ala ancha costaba a principios de siglo a lo más seis pesetas y, según Don Carlos, más que engalanar las cabezas, las engrandecía. -Ahora no es así -manifestaba con nostalgia, hace treinta años-. Y por cierto que no está nada de bien que se haya perdido la costumbre. No sé por qué no se sigue usando el sombrero de ala ancha en Andalucía. Usted va a Bilbao, por ejemplo, visita una fábrica, y desde el gerente al portero, todos llevan boinas. El camino era entonces muy duro. Todo el costo y ajuar para siete días se cargaba en la carreta o carro. No había forma de emplear, como actualmente, otros medios de comunicación ni locomoción, por lo que no se podía repostar el avituallamiento.

curiosidades6Cuenta don Carlos a guisa de anécdota la respuesta que dio el famoso pintor Gonzalo Bilbao a Su Alteza Real la Infanta Doña María Luisa. La egregia dama le pidió que trasladara al lienzo la romería. Y el artista contestó: «Señora, esto no hay quien sea capaz de pintarlo ni referirlo acertadamente. Cada vez que fijo la vista en algo, hay diez cuadros totalmente distintos y a cual más bello» Finalmente, al comentar lo romera que es Triana, que es rociera de punta a rabo, explica que antes, cuando se celebraba la novena en honor a la Virgen, la hacíamos en casa del mayordomo. Luego, después de cumplir con la Blanca Paloma, se organizaba un baile en la calle. Y no quiera usted ver la cantidad de gente que iba todos los días de la novena.

En 1907-cuenta Infante Galán- fue sustituida la antigua campanita del santuario ya vieja y cascada. El duque de Orleáns ofreció a la Virgen como exvoto, después de su primera expedición del Ártico, de 1905, una campana. Esta campana votiva fue comprada al Hospital del Pozo Santo el 22 de marzo de 1907, arreglada por Mendoza y colocada luego en la espadaña del santuario del Rocío el 16 de julio del mismo año de 1907 y lleva esta inscripción.- «Exvoto a Nuestra Señora del Rocío. Duque de Orleáns. Expedición ártica. 1905».

En 1913 se funda la hermandad filial de San Juan del Puerto, aunque la devoción a la Virgen del Rocío tenía antiguas raíces en la villa.

En 1930, al reorganizarse por iniciativa de don José de la Puente, hizo carreta para el Simpecado y construyó casa en la aldea para la hermandad. En 1945 adquirió la carreta de plata que hasta entonces venía usando la Hermandad de Huelva. Tiene retablo para el Simpecado en la parroquia y celebra solemnes cultos preparatorios de la romería.

La hermandad filial de Rociana fue fundada en 1917 por don José María Jiménez Molina, don Federico Ferraro Molina, don José María Fadifla Romero, don Francisco y don Benito Ferraro Vallejo y don Ángel S. Ruiz Acevedo. Su primera asistencia a la romería fue en 1919. Recibió la aprobación canónica el 20 de mayo de 1928. Suele ser una de las más numerosas en los actos de la romería, ya que por la proximidad de Rociana a la aldea del Rocío, el pueblo acude en masa.

Tres devotos carrioneros, don Francisco Rivera Sánchez, don Antonio Daza Paz y don Crisanto López Bernal, que se encontraban todos los años en la romería, decidieron un buen día organizar: una hermandad filial en su pueblo, Carrión de los Céspedes. Su primera salida en romería fue en 1925. En ese mismo año llevó la hermandad el coro de campanilleros que tan famoso se hicieron luego.

La hermandad filial de Benacazón fue fundada en 1915 por los fervorosos rocieros doña Juana Trujillo y don Marcelino Rodríguez Hantista, secundados por don Manuel Mata, don Marcelino Rodríguez, don Juan Garrido Alvarado y don Antonio Valero Serrano, que constituyeron su primera junta directiva. Es una de las que más carretas suele llevar a la romería. Al celebrar, en 1965, sus bodas de oro, llevó una carreta por cada año: cincuenta carretas. Es famosa por la abundancia de cohetes que dispara en la entrada y-en el «Rosario Grande»

La fundación de cuatro hermandades nuevas en tan pocos años puede considerarse indicativa del florecimiento de la devoción rociera que, años más tarde, en la segunda mitad del siglo, iba a adquirir la enorme difusión que alcanza hogaño.

ABC «Un siglo de devoción mariana»

 

Los vestidos Rocieros

Hasta 1920, la gente iba al Rocío con su ropa de uso cotidiano. El hombre, si campesino y jinete, con su traje habitual de montar; si ciudadano, con su terno de americana, chaleco y pantalón, aunque prescindiera de corbata. La mujer con su vestido normal, su bata de casa, para el camino, a fin de preservar la de más vestir para los actos religiosos y festivos nocturnos o importantes.

El vestido femenino habitual, lo mismo ciudadano que rural, era de falda amplia de vuelo, con enagua abundante igualmente hasta los tobillos. No es hasta la década de los veinte, cuando, la moda femenina quiebra dos tradiciones hasta entonces inmutables: la melena y la falda larga.

curiosidades7Pero lo más revolucionario fue el inexorable tijeretazo que sufrieron las faldas a la, hasta entonces, inimaginable altura de las mismísimas rodillas, y sin vuelo. Como aquellos vestiditos que podríamos calificar de charlestoneros no eran aptos para montar a caballo, ni a la grupa ni como amazona, y tampoco eran los idóneos para el interior de las carretas, la mujer rociera se vio, a partir de los años veinte, obligada a elegir si peregrinaba o no.

El dilema no ofrecía duda: lo primero es la devoción. La solución estaría en mantener, durante la romería, el atuendo tradicional, pero al estar éste pasado de moda, el ingenio femenino, siempre fértil y abierto a la imaginación, fija los ojos en el traje de faralaes que las mujeres de Sevilla crearon e impusieron su uso para la Feria.

Después surge la llamada «bata rociera» que ha venido a generalizarse desde entonces y que no es más que una variante, muy notable por cierto, del traje sevillano de flamenca, pero que retrocede a su punto de origen antes citado: la bata de faena que usaban las campesinas de 1846, que acompañaban a los tratantes de ganado que accedían a la primera Feria de abril sevillana; traje que en la Romería del Rocío empieza a usarse para hacer el camino, ya que en los solemnes actos que se celebran en la aldea, o para las visitas a efectuar a la misma, incluso para las veladas, se impone, como vestimenta de etiqueta para la mujer, el costeado traje de flamenca a la última moda, el usado en la Feria.

Hubo un tiempo en que la blusa adquirió una cierta influencia agitanada, en escote, en mangas o en cintura, mientras la falda conservaba sus constantes de menor vuelo que el estereotipado de flamenca, una sola fila de volantes, la inferior, y, por lo general, ausencia de enagua.

Tal atuendo podría describirse como un traje de flamenca mucho más liviano y sencillo, para que no abulte, como el traje almidonado, ni pese cuando se camina a pie, ni estorbe movimientos en el reducido e irregular espacio de la carreta; y para que no abrigue, pues la Pascua de Pentecostés está muy próxima a las fechas del solsticio de verano.

En consecuencia, la bata rociera no lleva enagua debajo, no tiene tanto vuelo, ni admite tantos volantes, y éstos son más cortos, con menos frunces y, por ende, menos vuelo. La manga es de farol hasta el codo, lo que permite remangarse el brazo según convenga para faenar o aliviar el calor. Otra característica muy peculiar de la bata rociera es que el escote es siempre de pico y por detrás no lo lleva, quedando la espalda cubierta hasta el cuello. Quede claro que la bata rociera es el traje de flamenca de faena, de viaje o camino, pues el traje de vestir es el de Feria, que se reserva en el Rocío para los actos religiosos o sociales del Santuario en la aldea.

Derivado del uso que hacía de ellos la mujer campesina de mediados del siglo XIX, tanto el traje de flamenca como la bata rociera se complementan con unos obligados aditamentos, entre los cuales, como más generalizados, pueden citarse la peineta, los peinecillos, las flores al pelo, los zarcillos de aros en vivos colores, armonizados con los de las pulseras y broches o imperdibles que sujetan el pañuelo que, colocado sobre los hombros, puede abrocharse, o no, a la espalda en forma de pico.

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Rocío

«Muchos son los nombres que damos a la Reina de las marismas, a la que llamamos ROCÍO, Madre de Dios, Blanca Paloma, Reina y Señora y Pastora Divina; nombres que la delicadeza de tantos corazones amantes han ido creando para Ella, pero nombres todos de profundo y hondo significado. Forman, pues, como un precioso ramillete de alabanzas, como una hermosa letanía de amor, como un abanico de nombres, en que todos encuentran su término y centro en la Virgen Santísima, que se nos ofrece como las caras de un prisma multicolor en que nuestras miradas se concentran y distinguen sus propiedades; y así nos refleja el azul de su pureza, la blancura de la azucena y de la paloma, las perlas del ROCÍO de la mañana, el verdor de los campos en flor que anuncia la esperanza alegre, el morado lirio que excita a la penitencia, el rojo aterciopelado de su divino Pastorado, y el oro y púrpura de su reinado eterno.» José L. de la Rosa

curiosidades9ROCÍO es el nombre más usual con el que designamos a Ntra. Sra., sin embargo no siempre ha sido así, primitivamente ostentó el título de Ntra. Sra. de los Remedios, según la inscripción encontrada en la espalda de la imagen. En el acta de 25 de abril de 1653 (acta del traslado y por eso estaba la Virgen en Almonte para el Patronazgo) POR PRIMERA VEZ aparece con el nombre de ROCIO. «… se haga vn nobenario de misas cantadas a nra sª del Rocio, amparo y Remedio de esta Vª… se trayga de su Yglecia a la mayor de esta Vª, con la Ponpa y aparato posible, Para que interceda con su presioso Hijo, no mire nros. Pecados y Remedie nras. nesesidades y nos de su Rocio para que la cosecha sea muy colmada…» En el Acta del Cabildo celebrado en el Ayuntamiento de Almonte el 29 de junio de 1653 todavía no aparece el título de ROCÍO, y transcribiendo parte de esa acta encontramos «… botamos por Patrona de esta Villa a la Reina de los Ángeles, Santa María de las Rocinas». En las Actas del Ayuntamiento de Almonte del 26 de Noviembre de 1726, ya aparece, y se pide a la Virgen que » … se digne enviar su Divino ROCÍO » . En las del 24 de febrero de 1737, vuelve a aparecer en » … Para que nos consuele en el Santo Rozio, para alivio de tan gran necesidad». Las del 26 de Abril de 1700, aluden de nuevo en » … Viniendo su Majestad a esta Villa, dará su ROCÍO a los panes y campos de esta Villa y comarca».

Las profecías de San Malaquías, designan al Papa Urbano VII (1590) como «De rore Coeli» (ROCÍO del cielo)

El nombre de ROCÍO viene en los Textos Sagrados en innumerables citas, todas ellas con un significado Salvador, misterioso y Divino, que viene a remediar todos los males.

curiosidades10Así en el Eclesiastés Cap 43, » … El remedio de todas estas cosas es una nube y el ROCÍO que empapa la tierra seca» En Job Cap. 38 » … ¿Quién es el padre de la lluvia, o quien engendró las gotas de ROCÍO?». En el Cap. 29, «Mi raíz estaba abierta junto a las aguas, Y en mis ramas permanecía el ROCÍO». Moisés, en el Deuteronomio Cap. 33, en las bendiciones a los hijos de Jacob: «Su tierra es bendita de Yahvé. Para él, lo mejor de los cielos: el ROCÍO» , «Y Israel habitará confiado, la fuente de Jacob habitará sola En tierra de grano y de vino; También sus cielos destilarán ROCÍO» y en el Cap. 32, «Caiga a gotas como la lluvia mi doctrina, destile como el ROCÍO mi discurso, … » Por boca del profeta Isaías Cap. 18, Dios mismo se compara con el: «Desde mi morada Yo contemplo sereno, el ardor deslumbrante del día, como nube del ROCÍO, en el bochorno de la siega» En el 26, » ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! Porque tu ROCÍO es cual ROCÍO de hortalizas, y la tierra dará sus muertos». y en el Cap 45 «Derramad cielos, ROCÍO de lo alto, y que las nubes lluevan al Justo … » En Óseas Cap. 14, dice: «Seré como el ROCÍO para Israel, que florecerá como un lirio». En el Cantar de los Cantares, Cap.5, se dice: «Porque mi cabeza está llena de ROCÍO, Mis cabellos de las gotas de la noche». En Los Proverbios, Cap.3 «Con su ciencia los abismos fueron divididos, Y destilan ROCÍO los cielos». En el Libro de los Salmos L. II Cap. 72, «Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; Como el rocío que destila sobre la tierra» En el Libro de Daniel Cap. 4, «Mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce entre la hierba del campo; sea mojado con el ROCÍO del cielo» En el Libro de Miqueas Cap 5, «El remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el ROCÍO de Jehová» En Zacarías Cap. 8, «Porque habrá simiente de paz» la vid dará su fruto, y dará su producto la tierra, y los cielos darán su ROCÍO … » En el Libro de Reyes Cap. 17, «Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni ROCÍO en estos años, sino por mi palabra». En el Libro de Samuel Cap. 1, «Ni ROCÍO ni lluvia caiga sobre vosotros, ni seáis tierras de ofrendas …» En Jueces Cap. 6, «he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el ROCÍO estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho». En Números Cap. 11, «Y cuando descendía el ROCÍO sobre el campamento de noche, el maná descendía sobre él». En Éxodo Cap. 16, «Y venida la tarde, subieron codornices que cubrieron el campamento; y por la mañana descendió ROCÍO en derredor del campamento».

En el Mar Muerto, en enero de 1947, un beduino (Juma) halla por casualidad un juego de papiros en Khirbat, Qumran. Son el hallazgo del siglo: textos mil años más antiguos que los conocidos de la Biblia revelaban un mundo de doctrina y prácticas con hondas vinculaciones con el Cristianismo

Una teoría muy extendida es que Qumran estuvo habitada por una secta hebrea (los Esenios) muy anteriormente a Jesús o Juan el Bautista y a la destrucción romana de Jerusalén el año 70 DC. Así en el Génesis, en estos textos de Qumran, en la bendición de Isaac a Jacob, se dice: » Que Dios te conceda del ROCÍO del cielo y de la plenitud de la tierra abundancia de pan y vino.»

Recopilación: Diego Ramírez

Las abuelas almonteñas

María estaba aquella mañana muy nerviosa. No se lo creía, pero Ella se lo había concedido una vez más y esta tarde, volvería a vestirse con su traje más cómodo, negro por supuesto, y su pañuelo a la cabeza.

curiosidades11Diego, el santero, le daría otra vez esa media luna, que durante siete años había estado a los pies de Ella. Siete años durante los cuales, sus sienes habían aumentado su nevada y en los cuales habían pasado tantas cosas.

La peor, la más difícil y de la que nunca ya se repondría, aunque hacía casi dos años, el haberse quedado viuda. Antonio, su marido, ese con el que se había casado en aquel traslado de …. sabe Dios cuantos años, con la Virgen de Pastora en la Parroquia. Ese muchacho que conoció en aquella Feria de San Pedro, en el Chaparral y que había visto días antes sudoroso a caballo, con los yegüeros que venían de la Saca, que la cortejó durante … siete años y con el que hizo tantos traslados, él debajo, en las andas trabajando, y ella junto a su madre, que entonces llevaba la media luna.

Antonio se había ido para siempre con Ella, pues una mañana de otoño, cuando los ansares empezaban a llegar y presagiaban un nuevo invierno en Doñana, exhaló su último aliento, con sus manos entrelazadas con las de Maria y con un Viva la Virgen del Rocío que jamás dejaría de retumbar en sus oídos.

¡¡Ay, Madre mía del Rocío, qué solita ma dejao este hombre!!

Preparó la casa a toda prisa, se recogió su tordo moño y esperó a que Juanito, su hijo mayor, viniera a recogerla para acercarla a la Aldea.

El camino lo hicieron ambos si apenas cruzar palabras. Los pinos de la Venta de la Piedra empezaban a anunciar el Camino que esa noche recorrería de regreso, delante de sus andas, polvorienta, sudorosa y con las manos ensangrentadas de llevar la media luna sin soltarla, como si de sus misma vida se tratara. Sus hijos la habían tratado de convencer de que no lo hiciera, pues la edad ya le empezaba a pasar factura, pero a María ya no le importaba. Aunque seguía teniendo a sus hijos, ya no era igual …… Antonio!!

En la curva de San Ramón empezó a divisar las cruz de la Ermita. EL tráfico se intensificaba, pero María apenas se daba cuenta. Sólo pensaba en lo que tenía por delante y en que esta vez, al mirar hacia atrás durante el Traslado, no vería a su Antonio, trabajando con los demás hombres de Almonte bajo el paso.

curiosidades12Se lo imaginaba, sonriendole, como hacia cuando llegaba del campo, de la faena diaria que tanto sacrificios les costó pero que, gracias a ello, sirvió para sacar adelante a sus cinco hijos: cuatro varones y su Rocío, la benjamina.

Juanito la dejó al lado del Bar de La María, en el eucaliptar, donde multitud de visitantes almorzaban y se dirigió tranquilamente hacia la Iglesia. La gente empezaba a agolparse en las inmediaciones, pero ella siguió, con un rosario entre los dedos y con paso decidido, hasta la entrada lateral de la Sacristía. Saludó a los Santeros y a la Camarista que aguardaban en la misma. Otras mujeres de semejante edad, y que portarian otros atributos la saludaron. Ella se acercó a la reja y La vió allí de perfil, con sus tirabuzones sobresaliendo bajo el sombrero.

«Aquí estoy, Madre mía del Rocio. Tu has querido que vuelva a verte ir para tu pueblo, pero me has quitado lo que más queria. Pero sé que está contigo y con eso me siento felíz. Ayudame esta noche en el Camino y que pueda entregarte tu media luna cuando lleguemos.»

Secándose las lagrimas con su inmaculado pañuelo, se sentó en un rincón. La Ermita era un hervidero de almonteños, que nerviosos, querian llevarsela para el pueblo. La espera habia sido demasiado larga y los nervios a flor de pie, no se podían aguantar.

Jose Antonio y Manolo, junto con Diego, ponian orden, pero también, como almonteños, entendían que no se puede hacer esperar más a un pueblo que lleva siete años, para ver retornar a su Madre a su casa.

Al igual que en Pentecostés, de pronto uno salta, el otro que le sigue, y por fin, se abre la reja y Almonte entra a por su Pastora.

Los aplausos se funden con los vivas y el calor de Agosto se hace insoportable. En menos de cinco minutos, la Virgen está traspasando la reja; tienen prisa y enfilan directamente hacia la puerta.

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Hasta dentro de nueve meses, no volverá a subir a ese altar. Nueve meses en que Almonte será el Arca de la Alianza en la que Maria Santísima del Rocio, nos esperará a todos. Nueve meses que….. ¡que largos se hacen en la Aldea.!

María, con su media luna y sus amigas Cristobalina y Alfonsa con la corona y las ráfagas, andan ya delante del paso, a unos metros de Ella y descalzas.

curiosidades15Las salvas de escopetas y trabucos retumban en el aire agosteño y van dejando caer su negra nieve de hollín.

Tras varias horas, llegan por fin al Altar del Pañito. Las Camaristas tapan el Divino rostro y le colocan su capote. Unos nuevos Vivas y enfilan por los Llanos buscando el horizonte de la tarde que apunta hacia Almonte.

María, haciendo acopio de fuerzas, mira hacia el cielo y sonriendo susurra: «Antonio, ¿te veré en El Chaparral mañana al alba?». Y tragandose las lágrimas, se aferra a su media luna y tira palante.

Aún quedan muchas horas, pero las abuelas almonteñas, que he querido reflejar con esos nombres ficticios, seguirán delante de Ella. Nunca se separaran. Con sus pies descalzos, ensangrentados y su pelo polvoriento, pero siempre delante de Ella.

Es normal y de justicia, que en la entrada al pueblo por Los Llanos, se erigiera un monumento a las Abuelas Almonteñas

Todas las palabras, sobran después de verlo y sobre todo, de verlas en el Traslado

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Godo Medina

El techo de la ermita

curiosidades18Cuantas veces al entrar en el Santuario, observamos a los, llamémoslos con todo el respeto, «turistas» mirarlo todo con ojos de novedad y sobre todo, después de ver a la Virgen por supuesto, mirar hacia arriba al techo. ¿Pero, nos hemos fijado nosotros mismos en lo que hay allí arriba?.

El techo de la Ermita es un verdadero tesoro en lo que a vidrieras se refiere y más que nada, por el significado de cada una de ellas. Amén de ello, nos encontramos las formidables representaciones de los Evangelistas.

Con forma de cruz latina, la planta de la Ermita, tiene 16 vidrieras circulares en total, sin contar los 4 ojos de buey del crucero que remata la cúpula central, ni los dos grandes ventanales de los extremos.

En los ojos de buey de la linterna, se pueden leer las siguientes inscripciones:

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Os enseño las fotos de 2 de ellas, dado que la que ostenta la inscripción TVVS es imposible de fotografiar, salvo que nos metamos dentro del presbiterio y ROS está repetida.

En las cuatro intersecciones de la cruz, nos encontramos a los evangelistas, coincidentes en igual número.

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En los brazos de la cruz se encuentran los escudos de las ocho provincias andaluzas, situados en el orden que podéis ver en el plano precedente, al igual que la disposición de los ojos de buey.

Lamento el no poder enseñaros las fotos de los escudos, porque esas ocho vidrieras no dan al exterior, por lo que no tienen luz solar, sino que, no siempre, están iluminadas con tubos y no me ha sido posible fotografiarlas.

Sin embargo, sí os pongo las fotos de las otras ocho vidrieras, que son las más interesantes desde mi punto de vista, por los simbolismos que tienen:

1969 – El escudo que contemplamos corresponde al Obispo de Huelva, Dr. García Lahiguera, pastor de la Diócesis de Huelva en el año en que se inauguró el templo.  curiosidades21
ALMONTE – Escudo de la Villa de Almonte. curiosidades22
DIOCESIS DE HUELVA – Escudo de la Diócesis de Huelva, en el cual se representa la Cruz con una Torre almenara de las que se podían encontrar por la costa y que servían de vigías y una carabela dirigiéndose al Nuevo Mundo.  curiosidades23
MADRID – Escudo de la Villa y Corte, y que fue la primera Hermandad Filial de una provincia no andaluza en 1960.  curiosidades24
1920 – Podemos contemplar el escudo Papal o Pontificio y bajo el mismo, el año en que la Hdad Matriz recibe el título de PONTIFICIA por parte del Papa Benedicto XV. curiosidades25
Hermandad Matriz – Escudo de la Hermandad Matriz, título que aparece en la Reglas de 1935 y que fue sancionado posteriormente en 1949 y 1999 por la Autoridad Eclesiástica. curiosidades26
1920 – Nuevamente este año se repite, y es que al observar el escudo de la Casa Real, nos viene a recordar que también ese año, D. Alfonso XIII concedió el título de REAL a la Hermandad Matriz. curiosidades27
Escudo representativo de la Virgen María curiosidades28

 

curiosidades29Como foto curiosa, os muestro una efectuada durante la construcción del Santuario en las que se pueden observar los huecos de las vidrieras, las cuales estuvieron  a punto de tener que ser tapiadas, porque a esas alturas del proyecto, no quedaba dinero para las mismas.

Tanto las vidrieras, como los ojos de buey, fueron costeados por un rociero donde los haya  y que fue Hermano Mayor de la Hdad. de SEVILLA, D. Gabriel Rojas Fernández, siendo confeccionadas en los Talleres Vallejo de Sevilla. Comentar al punto donde llega la generosidad de este Hermano, que desde 1994, cede su finca de El Caoso, para que haga noche la Hermandad de SEVILLA tanto a la ida como a la vuelta.

Espero con estos datos, haber aportado algo para el mejor conocimiento del Santuario de Nuestra Santísima Madre.

Goro Medina